Me llene de tristeza al ver la acción atroz que contra una niña de 15 años cometiera su compañero Daniel de 18 en plena aula de clases, la escena no era para menos, al trascurrir los días y ver la triste respuesta que han dado las autoridades al caso, me veo obligado a escribirle esta carta.

Quiero iniciar felicitándote por la valentía con que ha enfrentado todo lo que ha pasado estos días, pero quiero que ahora cuando las cámaras de la prensa se van y ya no eres noticia en los diarios encuentres un espacio en tu corazón para el perdón, tu más que yo conoces a Daniel, tu mas que yo puedes decir si él es siempre violento o se dejo llevar del momento, tú más que nadie sabes si él te ha maltratado en otras ocasiones, piensa en eso y en tu corazón estará la repuesta.

Ellos quieren usar lo que te paso para presentarse ante el país como tus protectores aquellos que no permitirán que nada malo te pase, pero durante los quince años que tiene de vida yo me pregunto ¿Dónde han estado? Sé que te han golpeado permitiéndote vivir en la pobreza extrema, sin techo propio, compartiendo un baño con todo el batey, sin agua potable, sin electricidad formal, sin la oportunidad de tener un parque donde recrearte, sin transporte para ir a la escuela, se que muchas veces te has ido a pie lo casi 10 kilometro de trayecto y ellos no han hecho nada por cambiar eso.

Pues bien, si en verdad quieren ayudarte yo les digo: Reconstruyan la casa de su abuela donde vive en hacinamiento, constrúyanle un baño digno, asegúrenle su alimentación y sus estudios, construyan aceras y contenes en su comunidad y conviertan en calles los callejones llenos de lodo por donde camina.

No solo Daniel te ha golpeado, el estado lo viene haciendo desde el primer momento en que naciste, ahora tienen la oportunidad de parar y resarcir un poco el daño que te han hecho y así la mala acción de Daniel redundara en un bien.