En el día de ayer se fue a la casa del Padre una muy querida madre, profesora, compañera y amiga, la entrañale Juana Arredondo. Juana fue una mujer de carácter y voluntad de acero ante la adversidad de una enfermedad difícil de llevar y ella lo hizo tan sencillo que parecía que esta en sus mejores días, activa, entusiasta, amante del baile, la música y la cultura de su pueblo siempre dispuesta a dar lo mejor de si.

Sus hijos, se que muy tristes en el dia de hoy, deben sentirse orgullosos de la madre que Dios le regalo y que hoy llama a su presencia donde se que seguirá viéndoles crecer como persona y cuidando sus pasos. Querida amiga Juana, gracias por lo que me enseñaste y gracias por aceptarnos siempre, sin miramientos, sin prejuicios como si fuéramos hijos tuyos.

Hoy no me queda duda alguna que estas en un mejor lugar, paz.