Bayaguana es una ciudad de la República Dominicana con una profunda tradición religiosa; en este trabajo que presentaré a continuación, reseño una de las tantas actividades que aquí se destacan durante el año: La celebración del primer viernes de cada mes, la cual, además de ser una actividad religiosa, permea todos los aspectos de la vida bayaguanense.

Autor: Lic. Santiago Castillo P.

Oigo el cantar de un gallo, que resuena como un clarín, me sobresalto, parpadeo y voy quedando nuevamente sumergido en un profundo letargo. No se cuanto tiempo pasa...talvez un minuto, quizás una hora, no se.

Nuevamente escucho un sonido, es como una dulce melodía, algo agradable al oído. Poco a poco voy despertando y reconozco aquel sonido, es el repique de campanas llamando a la primera misa.

Abro lentamente los ojos. Por una rendija del techo se filtra un rayo de sol amarillento, como una barra de oro.

Comienzo a oír ruidos diferentes que voy reconociendo... Me levanto y una hora más tarde salgo a dar una vuelta.

Al llegar a la calle principal veo una larga caravana de vehículos que viene entrando al pueblo. Unos vienen para la iglesia, otros al balneario, otros vienen a comprar o vender mercancías, en fin, a un sin número de actividades.

Conforme voy caminando, tengo cada vez más dificultad de abrirme paso entre las personas agrupadas, dando la imagen de un enorme hormiguero.

Se acerca a mi un buhonero, y con una habilidad asombrosa me muestra decenas de artículos en un minuto:

__ ¡Tengo gafas para el sol, pantaloncillos, pantis de niñas, franelillas de verano, relojes, pulseras, anillos...!

Yo le sonrió y me alejo lentamente. Entro un momento a la iglesia a oír la misa, la cual escucho de pie y apretujado entre la gente, pues no hay asientos disponibles

debido a la gran multitud de feligreses que han visitado el Santuario desde diferentes puntos del país, e incluso del exterior.

Termina la misa y salgo del templo... Ya en la calle, me llama la atención un tráfico en plena faena, "controlando el tránsito" a su manera.

Llego al Parque, este se encuentra abarrotado de vendedores. La grama está totalmente cubierta con lonas, cajas, sacos, etc., donde se colocan las mercancías. No faltan los limpiabotas compitiendo unos con otros por tener mejor ganancia:

__ ¡Hey Vamo a limpialo!

__¡Venga aquí, que yo se lo pongo nuevecitos por tres pesitos!


En la parada, los choferes están contentos, se oyen las carcajadas, se nota el ánimo en sus rostros mientras platican esperando su turno, el día les está yendo bien...hay muchos pasajeros, sobre todo desde Santo Domingo para acá.


Pasa por mi lado un agente del orden público con un carterista, sorprendido con "la masa en la mano" o no se si fue "la mano en la masa". Más atrás viene un billetero, pregonando sus billetes:

__ ¡Se lo están llevando y no son las ciguas!...¡cualquiera sale, cualquiera sale!...¡tó lo terminale en billete, billetero billete...el 2956 en billete...billetero billete...!


Paso cerca de un santero y me detengo a verlo en sus actividades:

__ ¡Santos para todos los devotos, oraciones de todo tipo...la oración de San Juan de la Conquista pà conseguite la muchachita, la oración de San Rafael pà conseguí trabajo, la oración de la manífica pá detener lo malo...aguas perfumadas de todas clases "Ven conmigo", "Arrasa con tó", "Amansa guapo"...!

Bajo hacia el mercado, abriéndome paso entre la muchedumbre...observo que las cocineras están bien atareadas hoy:

__La picada tá buena__ le dice una a otra, y no es para menos, las mesas están todas ocupadas con clientes, que hambrientos piden sus platos de comida.

Veo un grupo aglomerado alrededor de un hombre, que parece ser el punto de atracción...me acerco y veo que se trata de un señor de edad avanzada y con aspecto de demente, que valiéndose de una maraca y modulaciones de voz, que les permiten emitir sonidos parecidos a los de instrumentos musicales y cantando temas de cualquier género musical, se gana sus centavitos, cobrando medio peso por cada interpretación.

Continúo mi camino, observo la plaza...está totalmente repleta de víveres de todas clases, granos, frutas, chivos y aves de corral. En otro extremos están las vendedoras de "Panchos"-ropas usadas, que se ofertan a precios baratìsimos-las cuales se encuentran rodeadas por centenares de personas de todas edades, colores y estratos sociales, quienes encuentran en estas compras, una forma de rendir el dinero.

Más adelante me encuentro con individuo de los llamados "Telépatas", en el centro de un círculo de personas, "prediciendo" el futuro mediante la lectura de la palma de la mano, y valiéndose de un sin número de trucos para timar a los ingenuos que creen en sus supuestos poderes.

Es un día agitado, tanto para residentes como para los visitantes...la iglesia, la plaza, los bares, los balnearios...todo está lleno de personas...y no podía esperarse menos actividades, es la celebración tradicional de un "Viernes Primero" en la población de Bayaguana.

Lic. Santiago Castillo P