El cobro de quinientos pesos (500) por los servicios religiosos para fieles difuntos por parte de la parroquia ha provocado que los comunitarios emitan opiniones encontradas en torno a ese tema, y es que la gente encuentra excesivo el pago en algunos casos, otro entienden que es justo y hay quienes piensan que no debería haber un valor fijo sino que estuviera a conciencia y posibilidades de la gente tal como había venido siendo hasta la llegada del nuevo párroco.

La parroquia ha experimentado algunos cambios tras la llegada del padre Faustino Placencio a la misma dentro de los cuales se encuentra la remodelación del altar mayor, la sacristía la cual fue trasladada de lugar, adecuación de las escaleras y traslado del coro a la segunda planta, también el padre Placencio extendió el horario de trabajo de la farmacia parroquial y el fondo común entre otras medidas.