Transcurría el verano de 1971, los muchachos y muchachas nos habíamos congregado en el Play Municipal a presenciar un juego de pelota entre los equipos del Pueblo Arriba y el Pueblo Abajo.

El partido se desarrollaba normalmente, animados los jugadores por la enorme algarabía de la fanaticada en apoyo a sus equipos favoritos.

Se encontraba el equipo del Pueblo Abajo abriendo la cuarta entrada del partido, cuando nos llamó poderosamente la atención el escándalo de dos hombres que discutían sobre quien de ellos tenía mejor presencia física.

Eran estos, Piyuyo y Sinforoso, dos personajes pintorescos de la Comunidad, a quienes por su manera de vestir y actuar, catalogábamos como locos; pero que salían con unas ocurrencias, que ponían en evidencia una destreza mental sorprendente.

__ Diablo Vale, pero uté si é feo__ dice Piyuyo a Sinforoso.
__ Ah... pué tu no te ha vito en un epejo __ responde Sinforoso __
Porque tú parece un lechuzo.

La discusión fue subiendo de tono, los muchachos se fueron aglomerando alrededor de los dos hombres con la intención de echarle más leña al fuego.

Uno de los muchachos, a quien apodábamos "Carey", propuso a Piyuyo y Sinforoso que dejaran que Jovinita, una joven que se encontraba allí, -la cual era reconocida por el grupo como muy especial en lo que a jugar bromas se trata- dijera cual era el más hermoso de los dos. Esta propuesta fue aceptada de muy buena gana por Sinforoso, pero con poco entusiasmo por parte de Piyuyo.

La muchacha después de dar unas cuantas vueltas y miradas insinuantes a los competidores para crear una situación de suspenso, señaló a Piyuyo como el más bonito de los dos, lo cual provocó que este comenzara a dar saltos de alegría, mientras que Sinforoso se quedó un rato callado, sentado en un rincón, como para reponerse de la derrota infringida. Luego se puso de pie y...
__ Ah, conque yo soy el má feo, veldá?... ahora mimo me guá tirá del tanque.

Y acto seguido emprendió una veloz carrera con rumbo hacia el Pueblo Abajo, a la vez que seguía vociferando:
__ Me guá tirá del tanque... me guá tirá.

Esta sorpresiva actitud provocó la suspensión inmediata del partido, porque hasta los jugadores salieron corriendo detrás de Sinforoso. La gente del pueblo se fue integrando a la carrera detrás de este personaje. Podríamos decir que casi todo el Pueblo Arriba se volcó hacia el Pueblo Abajo. Y no era para menos, en ese tiempo ocurrían muy pocas novedades en Bayaguana, y el lanzamiento desde una altura como la que tiene el tanque de Acueducto, significaría una muerte instantánea para este infeliz, y sería noticia por mucho tiempo.

Ya estábamos a dos cuadras del tanque de Acueducto, cuando de repente el hombre giró hacia la izquierda y se metió a la bomba gasolinera; se encaramó en un tanque de esos que tienen capacidad para 55 galones y se tiró desde allí, al tiempo que decía:
__ Ueja, lo relajé... tó son má feo que yo.


Autor:
Lic. Santiago Castillo P.